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martes, 11 de enero de 2011

Gritos en la oscuridad, choque de planetas



Choque de planetas

Edward pov

Me la pase mirándola no podía creer que fuera tan hermosa, aparque el auto en el lugar de siempre cuando venia de visita. Rodee el auto y tome a Isabela entre mis brazos ella seguía dormida como un ángel. Su olor a fresas me envolvía como una caricia. Su calor me quemaba por completo, deseaba tanto secuestrarla si hacer eso de algún modo, estaba seguro que con mis cuidados recuperaría a Isabela a como de lugar.

Cuando ingrese con ella en mis brazos todo el personal se sorprendió y comenzó a aplaudirme como si yo fuera alguna clase de héroe, cuando en realidad me sentía como la peor basura del universo.

Pude observa a Tania siendo atendida mientras pase por la enfermería, entonces uno de los enfermeros vinieron a sujetar a Isabela, yo no los dejaría ponerle ni un solo dedo, ella me pertenecía de algún modo enfermo en mi mente sabia que era así.

La conduje hasta su cárcel y la deposite en el muy estrecho e incomodo catre, mire las correas arrancadas a los costados un poco de sangre en el piso y luego mire marcas en la muñeca de Isabela levante el puño de su camisa y descubrí que las marcas subían por su brazo. Eran cortes infligidos ¿Qué quisiste hacerte Ángel? Susurre mientras apartaba algunos mechones de su rostro. Ella parecía tan frágil e indefensa, no ella era cualquier cosa menos asesina lo sabia. Ningún informe forense me podía decir que estaba equivocado en mi teoría, el problema en si es que Isabela no hablaba no decía absolutamente nada respecto a la muerte de René y Charlie Swan. Su padre y su madre que fueron drenados hasta la muerte y además despedazados. Las fotos de la escena del crimen eran desagradables yo no pude soportarlas por mucho tiempo. E Isabela solo decía jamás me creerían y el veredicto fue irrevocable por parte de la corte.

Fue trasladada a este neuro psiquiátrico y tachada como paciente peligrosa, Isabela no confiaba en nadie y no podía ser culpada por ese comportamiento cuando toda la sociedad la tildaba de asesina. Yo me ganaría su confianza y quizás con mucho esmero su amor, solo esperaba que ella no me odiara por esto.

Esa noche no pude volver a dormir soñaba con ese ángel mirándome con esos calidos ojos chocolate incitándome a estar con ella. Ella lucia un delicado babedoll que yo quería destrozar con mis manos. Y me llamaba mientras correteaba por un hermoso prado bañado por la luz del sol. Yo la perseguía embelesado por el repiquetee de su risa en el lugar. De pronto ella se paro frente a mí y toco sus piernas mirándome de manera provocadora subiéndose la delicada prenda. Yo ardía en llamas quería poseerla ahora mismo, acaricio el contorno de su cuerpo, toco sus senos mientras se mordía los labios. Gemí sin poder contenerme me estaba volviendo loco, hasta que se detuvo y saco un cuchillo y me miro desafiante. “¿me quieres Edward? Pues jamás me tendrás” dijo y se rebano la garganta entonces su cuerpo callo sin vida sobre mis brazos la envolví sintiéndome impotente. Lloraba sobre un cuerpo sin vida hasta que sentí un cambio en mi, acerque el cuerpo sin vida de mi ángel y comencé a beber de su sangre.

El despertador comenzó a sonar, estaba muy confundido aun podía sentir la piel de Isabela entre mis brazos. Sacudí mi cabeza frustrado y pase mis dedos por mi cabello, quería arrancar los recuerdos de Isabela muerta.

Me lave la cara, los dientes me vestí de manera sencilla, tome las llaves del volvo y salí al neuro psiquiátrico. No podía dejar de pensar en ella muerta, no eso no pasaría jamás, mi ángel iba a tener una vida larga y plena a como de lugar.

Cuando llegue al neuro psiquiátrico para el traslado de Isabela comencé a sentirme ansioso, me sudaban las manos quería verla otra vez ¿me odiaría? No por favor no me odies mi ángel, lo hice por tu bien, me lo repetía una y otra vez como un rezo para convencerme a mi mismo.

Ingrese a la sala de estar y me esperaba una muy furiosa Tania con vendas en la nariz, sus ojos echaban chispas de rabia.

_no puedes llevártela Edward, ella es mi paciente_ la mire con soberbia y pase a su lado sin prestarle la mas mínima atención en ese momento Tania me tomo del brazo.

_ ¡suéltame Tania! Ya eh soportado suficiente de ti y tu incompetencia para con tus pacientes debería revocarte la licencia ahora déjame pasar que me estas haciendo perder la paciencia ¿o acaso quieres que el consejo se entere de que una de tus pacientes huyo?_ le espeto son malicia entonces ella se puso pálida y me soltó y salio a largas zancadas del lugar, sonreí satisfecho no iba a poder hacer nada para que yo no me llevara a mi ángel de este lugar.

Camine directamente a su habitación y la vi por la ventana, estaba con la cabeza entre las piernas y se sujetaba con fuerza las piernas sobre su pecho. Se veía tan frágil, con sus hombros hundidos, tenía ganas de cruzar la distancia y abrazarla. Ingrese a la habitación y detuve al guardia para que se metiera conmigo. Camine la distancia decidida y la vi removerse inquieta y ocultarse a un mas en su pose defensiva.

_Isabela tu traslado será esta tarde, soy Edward Cullen el nuevo psiquiatra que estará a cargo del seguimiento de tu caso_ dije decidido mientras avanzaba un paso mas.

Ella respiro profundamente y aun sin mirarme levanto la cabeza un poco su cabello cubría su hermoso rostro.

_no quiero irme_ dijo con la voz mas hermosa que había escuchado en mi vida _ por favor déjeme aquí me portare bien_ dijo ella y una sonrisa apareció en mi boca.

_Isabela huiste de este instituto, no podemos dejarte aquí_ le dije de manera comprensiva y entonces ella se paro cerrando los ojos con fuerza aun no me miraba y temblaba de rabia.

_ ¡pues maldita sea si no! ¡Yo no me voy a ningún lado!_ dijo y abrió los ojos con furia y entonces me vio por primera vez, la comprensión surco su rostro.

_Isabela yo…_ ella palideció su labios estaban blanco y luego una carcajada sarcástica salio de su boca, comenzó a removerse en espasmos mientras unas lagrimas bajaban por sus ojos.

_tu eres el maldito bastardo que me trajo a este horrible lugar otra vez y esperas que me vaya contigo, debes estar bromeando_ dijo mirándome de manera soberbia.

_no Isabela, debes venir conmigo soy tu nuevo psiquiatra_ le dije acercándome a ella y observe como se movía hacia atrás en actitud defensiva.

_ni en tus sueños Doc, yo con usted no voy a ninguna parte, prefiero a la rubia tonta de Tania por lo menos ella en cierto modo es leal ¿acaso cree que me sacara de este lugar? Pues esta muy equivocado, si tengo que elegir entre este infierno y otro, elijo este, mejor malo cocido que bueno por conocer_ dijo mirándome desafiante.
_no te estoy dando opciones Isabela te vienes conmigo, te guste o no_ ella lanzo un resoplido y se acerco hasta, tanto que su aliento me golpeaba de manera devastadora, tomo mi camisa y me bajo hasta ella, su boca estaba pegada a mi oreja un solo movimiento y sus labios serian míos.

_déjeme decirle algo doc, le are la vida imposible, le aseguro que se arrepentirá de contarme entre sus pacientes, bien que comience el juego_ dijo y soltó con brusquedad el cuello de mi camisa y se alejo de mi, movió su cabello y me regalo una sonrisa, yo aun seguía turbado por su cercanía, pude sentir su calor.

_ esto será interesante_ dijo y se toco con un dedo los labios de manera inocente yo trague saliva y pensé no sabes ángel como disfrutare tenerte entre mis pacientes. Ella era Venus y yo era Marte, y ambos chocamos como dos planetas y yo ya no me podía salir de su orbita.

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