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lunes, 17 de enero de 2011

alma gemela, angel oscuro


Sumary: un pintor respetado, mujeriego conoce a una joven con aspiraciones en el mundo de rock, revelde e imprudente pondra su mundo de cabeza

Ranting: hiper m jajajaja

  
Ángel oscuro



Me gusta el cuerpo de la mujer, admiro su curvilínea figura, son mi mayor inspiración a la hora de pintar. Podía tachárseme como un mujeriego empedernido pero, es más que solo eso. Me encanta la mujer amo cada centímetro de su piel, cada detalle mínimo que la hace única. Y no hay nada mas sublime que hundirme en su abrazador ser.

No me era difícil llevármelas a mi cama tenia miles de pinturas de diferentes mujeres, había logrado estampar su belleza en el lienzo y cada vez que veía a una nueva dama hermosa, hacia lo que fuera para intentar plasmar su cuerpo en el lienzo.

Era uno de los pintores mas reconocidos, realmente lograba resaltar la obra de arte que el creador hizo en la mujer.

Camine lentamente por el vestíbulo hasta llegar al balcón donde me prendí un cigarrillo y contemple la vista que se extendía ante mi, poco a la comparación de la dama desnuda que se encontraba entre las sabanas negras de seda en mi cama.

Su cabellera rubia caía desprolija sobre los almohadones y su cuerpo aun dormido tenia ese toque sensual, con el que me había decidido que ella seria la indica  anoche.

Volví a contemplar la ciudad y me llego a los oído unos tenues acordes, no se que paso en mi interior algo se revolvió y a continuación pude escuchar la voz de un ángel resonar.

“ veo el infinito… mirando tus ojos… y voy a abrasarte con este blues… soy un mujer… siempre ame tu piel… loca y confundida cuando no estas…las horas… no alcanzan… cuando estamos juntos el tiempo es veloz… parece… eternos… aquellos momentos… que me falta tu amor… solo hay sombras… cuando no estas… mi alma sola… habla de blues…”

Y empezó con unos acordes desgarradores en la guitarra eléctrica, busque desesperado la dueña de aquella voz. La vi entre las sombras iluminada por la luna en una ventana debajo de la mía en el edificio de al frente.

Estaba recostada en un sillón con sus ojos cerrados y la guitarra entre sus manos, cuan estrella de rock, su cabello oscuro caía en ondas sobre sus hombros desnudos, llevaba una camiseta que dejaba sus hombros descubiertos y tenia la palabra ángel con tachas, sus pantalones de Jean estaba desgastados e intencionalmente rotos, llevaba una cadena a su costado.

Demonios de solo verla mi miembro empezó a crecer en mis pantalones, se mordía la boca de manera inconsciente mientras seguía los acordes con sus expertas y delicadas manos.

Su piel parecía delicada y suave y extremadamente pálida y la luna le causaba un efecto sobrenatural, entonces abrió sus ojos, unos orbes grises que impactaron de lleno en mi sistema.

Fue una conexión instantánea, nos miramos como si se hubiese detenido el tiempo, ella arqueo una ceja cuando la colilla del cigarrillo cayó sobre mi Jean y yo me queje.

Ella sonrío complacida luego se levanto de su sillón y cerro la ventana y yo ahí como un idiota esperando que la vuelva a abrir, ella no la volvió a abrir y yo fui a desquitarme con la dama entre mis sabanas.

Sonrío complacida cuando yo delinee el contorno de su figura con mis dedos, se removió un poco y yo me baje los pantalones y el boxer.

Empecé a besar cada centímetro de piel que quedaba al descubierto y toque cada insignificante recoveco de su ser, me maraville lamiendo, mordiendo y degustando sus senos que se erguía ante el trato que le ofrecía mi boca.

Mientras cerraba mis ojos volví a imaginarme a la chica de la voz de ángel y seguí mi movimiento con mi mano hasta la entre pierna de mi compañera, mientra lamia uno de sus pezones y ella emitía pequeños jadeos de satisfacción.

Ella abrió las piernas como buena chica y con mis dedos fui tocando sus labios de manera delicada, tentando su clítoris con mi dedo pulgar, mientras la figura de mi mente volaba a otra encantadora imagen.

No pudo resistirme más y metí un dedo, dos y hasta tres dedos en su cavidad, mientras ella se removía extasiada, empecé a meter y sacar mis dedos, mientras sentía mi erección palpitante.

Baje con besos delicados por su ombligo y seguí mi rumbo hasta que me encontré con el manjar de su centro, saque mis dedos de su palpitante cavidad y los lamí saboreando con mi lengua.

_ exquisita_ dije mientras la miraba a los ojos y ella se relamía la boca, entonces baje mi cabeza y puse ambas piernas arriba de mis hombros, mientras mi lengua invadía su clítoris y luego su centro, con mi dedo pulgar empecé a apretar su botón, mientras ella se retorcía y gemía, una voz celestial llegaba a mis oídos.

Otra vez el ángel, pensé mientras trataba en vano de sacármela de la cabeza, porque sabia que ella era mi nueva presa, que ella gritaría mi nombre hasta quedar extasiado de su ser, sin importar que ella lo haría.
Entonces arremetí unas lamidas más y coloque en posición a mi compañera, coloque mi pene tentando su entrada mientras veía como ella se aferraba a las sabanas y levantaba su cadera para que calmara su sed.

_chica mala compórtate_ dije mientras bajaba su cuerpo una vez mas y la tentaba y atendiendo a sus suplicas complací sus deseos y me metí de lleno en ella, su húmeda cavidad me recibió satisfecha mientras ella lanzaba un pequeño gritito.

¿Cuántos te habrán devorado? Pensé mientras arremetía en su cuerpo ¿Cuántos te habrán echo gritar? Llego este pensamiento mientras la miraba como arqueaba su espalda y sus ojos azules se perdían en la nada de su propio placer, pero ninguno como yo, y con esto la penetre mas duro más rápido.

Mientras ella jadeaba y suplicaba mas, mas y yo complaciéndola lo hice, cerré mis ojos mientras volvía a mi la imagen de la pequeña chica con la guitarra, con ese aura salvaje e inocente a la vez, parecía tan joven ¡demonios! me dije a mi mismo mientras metía y sacaba mi pene de la cavidad de mi compañera.

Seria mía me llevaría todo de ella, degustaría cada mínimo trozo de piel y arremetía una vez mas, fuerte, rápido, caliente, rudo. Mientras empecé a escuchar de nuevo esa voz entonces tape la boca de mi compañera y mientras la penetraba y escuchaba.

“ eres la tinta que escribió mi canción… aquella noche que dormí… junto a ti… eres el cielo que una vez pude alcanzar…el sol que siempre estuvo allí… oh nooooo… yo no se que paso… nunca pude verlo… solo se que te perdí… hoy no estas y entendí… que mi alma en pena… nunca mas va a sonreír…”

Y con esa voz tan dulce termine en el preservativo que traía puesto, mi compañera se estremeció con el choque de su orgasmo con el mío y sucumbió ante mis brazos cansada.

Salí de su interior y camine dejando el preservativo en el tacho de basura y me puse el boxer y el pantalón nuevamente mientras contemplaba la ventana que ocultaba a un ángel oscuro destinado a pertenecerme.

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