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miércoles, 2 de febrero de 2011

Luna roja, bailando sobre clavos




sumary: aveces la idea del lobo esta sobrevalorada, Bella lo comprendera cuando su vida de un vuelco inesperado e irrevocable.





Bailando sobre clavos


Bella pov

Nunca fui una niña con muchas luces, más bien siempre fue un poco tonta. Pero si tenia mucha personalidad, eso lo disimulaba, además era la cantante de una banda de rock muy popular en mi secundaria, eso también ayudaba.

Era la típica chica tonta que soñaba con el príncipe azul y creía en todas esas zanateces que nos hacían creer nuestras madres con los cuentos de hadas. No se porque hacen eso las madres ¿no ven que quedamos trastornadas? Es que nos creemos todo lo que nos dicen.

Bueno volviendo a mi vida, soy buena chica tengo mis dos mejores amigos que me dicen la verdad sin importar cuanto me duela, así sin anestesia a lo crudo como se debe decir. 

Estaba el inteligente Jasper que siempre analizaba todo y Rose la chica que todos etiquetaran por zorra la roba novios profesional, y yo la chica de pocas luces simpática, buena y mas simple que calabaza en un campo.

No era nada especial, talvez algo bonita pero wow no era Carmen Electra, ni nada por el estilo. Me gustaba mucho el nuevo alumno de intercambio Edward Cullen ese si era la definición de príncipe azul, iba a una clase de matemática conmigo. Y ¿adivinen que? Ni me miraba.

El era de un cabello cobrizo, alto, musculoso pero no tanto, tez blanca y de unos increíbles ojos verdes y salía con la otra ramera del colegio que encima lo engañaba, yo no se como el no se daba cuenta. Cuando estaba cerca de el sentía que baliaba sobre clavos y que cada palabra que cruzábamos era como encrustrarme los clavos en los pies y valla que dolía.

En fin soy una perdedora pero, algún día eso iba a cambiar creo. Este día estaba emocionada se acercaba la batalla de bandas y nos daban permiso para poder cantar 5 canciones yo pensaba hacer la ultima canción un cover del tema Misery Business de Paramote y dedicárselo a la ramera de Tanya la novia de Edward. Me reía internamente con la perspectiva de verla furiosa mientras le decía que era una perra cualquiera en la canción.

Solo faltaba dos semanas para la gran noche, había buenas bandas y estaba difícil ganar pero, con mi banda los haríamos polvo a todos.
Ese día luego de la tortuosa hora de matemática nos fuimos a tomar unas cervezas y pasaba la noviecita de Edward con una minifalda que se le veía el alma sin ni siquiera agacharse y una musculosa fina y blanca no llevaba sostén entonces se le notaban los pezones. Mis amigos comenzaron a gritarle de todo y la muy yegua sonreía y agitaba sus nalgas, yo tenía tanto asco y bronca que si hubiera tenido una pistola le hubiese volado la tapa de los sesos, si es que los tenía pero, seguro tendría tanta mala suerte que la muy maldita seguiría viva.

-           oye Bella tu te verías muy bonita con esa ropa.

-           Cállate Ben la ropa de prostituta barata no va conmigo.- le dije molesta a mi amigo.

-           Mira esas nalgas Embry lo que uno podría hacer con eso.
-           Imagínate montando a esa yegua.

-           Y contagiarte de SIDA porque esa seguro tiene la plaga.- le decía yo a Ben, Embry y Alec.


-           Y bueno moriría feliz sudando en un cuarto de hotel con ella encima de mí. – decía alegremente Alec mientras los demás asentía tomando otro trago de cerveza.

Yo hacia una mueca de asco y echaba un sorbo a mi porrón de cerveza. Seguía con la cabeza perdida en las nubes mientras cubrían por completo al sol. Definitivamente ese chico jamás se iba a fijar en mí ¡por favor! ¿Cambiar a una profesional por una virgen? Ni modo debía dejar de hacerme ilusiones ¿Qué pasaría si yo le pinchara una goma a esa yegua? Seguro le explotaría la silicona hacia todos lados salpicando la cara de todos, sonreí sobriamente mientras me lo imaginaba.

-           Seguro que si le exploto una goma no la van a querer más.

-           Bueno tendría un aspecto menos apetecible pero, aunque se quede plana le doy.


-           ¿Y si le sacamos los kilos de maquillaje?

-           Ahí si no se que saldrá.


-           Piénsenlo sin todo eso capaz que la mina tiene 80 años que devora a jóvenes idiotas como ustedes compañeros.

Y todos se rieron ante mi comentario, y me tiraron las chapitas de cerveza luego yo se las devolví y cuando íbamos a mi casa nos cruzamos con Edward y su grupo de idiotas. Mis amigos comenzaron a burlarse de mí diciéndome que no me desmayara o haciendo gestos obscenos sobre lo que debería hacerle para que se fije en mí.

  -     oye Edward hazme tuya ¡o si! ¡Yes, yes, yes! Oh ¡metemela toda Eddie que soy una perra virgen!

  -     ¡ya basta! No seas idiota Alec.

  -      ¡que delicada! Con tu novio que se en cama con la diosa de Tanya, amiga el no se va a fijar en ti.

  -      es cierto tendrás mas jugadores en la cabeza que ese minon infernal pero, no se va a fijar en ti.

  -     como amigos te decimos la verdad.

  -     lo se no me hago ese tipo de ilusiones no soy idiota, ando con idiotas y me parezco a una idiota pero no lo soy.

  -    he amiga eso es muy ofensivo.

  -    ustedes se lo buscaron.

Y pasamos enfrente de Edward que se detuvo y me llamo. ¡Que extraño! Pensé yo ¿Qué querrá? Y mis amigos seguían con sus burlas imitando besitos que yo tenia que darle a Edward. Me dirigí hacia el otra vez los clavos que atravesaban mis pobres pies.

Cuando llegue a su lado el tenia una gran sonrisa en el rostro. ¡Wow! Pensé yo pero ¡que sexy! Llevaba una campera de cuero y una musculosa ajustaba que dejaban marcados sus abdominales y un jeans algo gastado ceñido al cuerpo.

  -     hola Bella

  -      hola Edward ¿Qué quieres?

  -     me preguntaba si participaras del concurso de bandas.

  -     si lo are ¿por?

  -     ¿me dedicarías una canción?

  -     ¿Quién yo?

  -     pues claro, a mi me encanta tu música y seria muy feliz si me dedicaras una canción, es que ese día es mi cumpleaños.
Dijo con el tono justo de inocencia y me miraba con sus hermosos ojos verdes y su mejor sonrisa compradora, yo me quede tonta mientras lo veía y luego de sacudirme la cabeza volví a ser yo.

-           claro, te dedicare una canción.

-           Muchas gracias estaré muy agradecido contigo soy un gran admirador tuyo.


-           Bueno, de nada.

-           Nos vemos luego.


Me quede medio estupida mirándolo ¿Edward admirador mío? debo estar derrapando y sentí a Embry arrastrándome fuera de allí.

-           vuelve en ti Bella.

-           ¿estoy alucinando?


-           No ¿Qué te dijo?

-           Creo que acabo de tener una sobredosis.


-           Te dije que no, contesta.

-           Me dijo que es mi admirador, que le encanta nuestra música y que quiere que le dedique un tema.


-           ¿y lo harás?

-           Obvio, que si.


-           ¿Cuál?

-           Misery Business.


-           ¿Por qué?

-           Es mejor que se lo dedique a el que a ella así sabrá que su novia es una maldita perra y sabrá que hace más de ocho meses que lo espero.
-           Si tú lo dices.

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