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lunes, 17 de enero de 2011

alma gemela, deseo





Deseo


Esa semana no la vi, al parecer mi vecina estaba muy ocupada para aparecer, extrañaba su voz, sus acordes en la guitarra. Suspire una vez más cuando comenzó a sonar mi celular. Lo atendí sin mucho animo, no se que me estaba pasando, quizás me estaba obsesionando con esa niña pero, necesitaba un comprobante para saber si era real.

_señor Ferrencs la exposición será dentro de cuatro días en el salón de arte de Manhattan_ dijo la voz de mi asistente, excelente pensé.

_gracias Arthur tu siempre tan eficiente ¿Qué día y a que hora?_ le dije mientras contemplaba la ventana vacía con mi baso de whiskey en la otra mano.

_es el miércoles a las 7 de la tarde_ dijo y sonreí perfecto para encontrarme a otra dama y sacarme de una vez esta obsesión por esa niña.

_excelente, prepara todo quiero que este todo listo, mándale un beso a la familia, nos vemos Arthur_ el me saludo y corte, volví a tomar de mi baso de whiskey mirando la ventana cuando la luz del cuarto se encendió.

¡Por fin! Pensé mientras me acomodaba en las penumbras a observarla, la vi entrar, las ventanas estaba abiertas y podía verla como tiro su guitarra al costado con delicadeza, luego se saco con rudeza los bolsegos que llevaba, lucia diferente, muy cansada.

Llevaba una falda como de colegiala, escocesa medias negras de red medio rotas, una caderin de tachas y cadenas, su remera dejaba un hombro al descubierto, tenía una estrella roja en el centro y decían Star punk, su cabello lo llevaba suelto desprolijo apropósito.

A la luz del cuarto podía verla con más detalle, podía ver el piercing que llevaba junto a su boca y el que estaba sobre su ceja, también podía ver su cabello oscuro y con algunos mechones en rojo y azul.

Su piel era pálida y brillante, sus ojos los enmarcaban una sobra oscura, mi nena era toda una estrella de rock. Se volteo y se despojo de la remera y en ese momento deje de respirar, llevaba un tatuaje una rosa que parecía echa de sangre donde las espinas se extendía y formaba un corazón con la clave fa y de sol.

Su tersa piel al descubierto ya me ponía caliente, y mi erección crecía en mis pantalones, vi como se iba despojando de su ropa mientras avanzaba por su casa, podía verla a la perfección los ventanales eran grandes y desde mi posición se veía todo con mas claridad.
Quedo solo con un corpiño negro de encaje y con unas diminutas bragas de encaje haciendo juego, su cuerpo era el pecado mismo, su cintura pequeña perfecta, sus pechos grandes y firmes, sus piernas torneadas sus nalgas perfectas y delicadas, ella era el pecado mismo, el piercing que llevaba en su ombligo me hacia querer lamerlo, tironearlo con mis dientes, mi erección era dolorosa, ya la había extrañado.

Empecé a tocarme cuando se fue hasta la heladera y tomo una botella de agua y empezó a beber, algunas gotas caían por su delicado cuello y morían en sus senos ¡oh por dios! Yo quería ser agua.

Ella dejo de tomar para hacer lo que tanto me temía se lo echo en la cabeza, el calor era sofocante y ahora sentía que todo a mi alrededor se quemaba cuando sus pezones se marcaron através de la tela del corpiño.

Tócate hermosa, tócate, pensaba sin poder controlarme ya estaba demasiado excitado y como si me hubiese escuchado toco sus pechos, bajo su mano por su ombligo y siguió su ruta hasta su centro.

¡Oh por dios bebe! Libere mi erección ya no podía mas y empecé a masturbarme justo como ella estaba haciendo en ese momento, ver su cara retorcida de placer me trastornaba hasta el punto de no retorno.

Ella movía sus labios de manera sensual mientras cerraba los ojos y echaba su cabeza hacia atrás, yo no podía parar de mirar semejante espectáculo.

Quería llegar al mismo tiempo que ella, se acomodo en su sillón y empezó a tocarse con mas fuerza, yo estaba quemándome, pensando como seria tocarla de ese modo, como seria recorrer con mis labios su delicada piel, como seria penetrarla duro mientras ella gemía y se retorcía de placer.

Estaba logrando trastornarme cuando por fin me libere y ella al unísono conmigo, cerré los ojos con fuerza mientras me regodeaba mirándola.

Luego se levanto, tambaleando y se fue seguramente a ducharse ¿quien fuera el agua que rozara su piel? Necesitaba fumar, después de esta experiencia maravillosa.

Me moría del deseo y cada vez que la veía se intensificaba mas el deseo que tenia por ella, era tan hermosa, que dolía, seguro que olía a paraíso, y su piel sabría al mejor plata de gourmet posible, seguro que por ella existían los caníbales.

Y yo seguro que por ella me volvería uno con gusto, me desnude y sentí una mirada a mi espalda me voltee y allí estaba ella, envuelta en un toallón corto, con la vista fija en mi cuerpo, pude notar el matiz oscuro de sus ojos, sonrío de manera picara y cerro la ventana, estaba decidido debía poseerla…

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