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lunes, 17 de enero de 2011

Frente al miedo, el accidente






El accidente


Y Caroline cerró el libro, ella era fanática de ese tipo de historias macabras, en donde las cosas no son lo que parecen. Era noche de brujas se preparaba para una fiesta que la invitaron sus amigos, ella no era una chica de fiestas, prefería quedarse a ver el especial de terror de noche de brujas pero, habían insistido tanto además estaba la sesión de espiritismo que harían eso le resultaba interesante y muy propio de una noche como esta.

Se ajusta los últimos detalles de su traje, sería una caperucita como la del cuento que acababa de leer.Se coloco la capa y tomo la canastita, mientras se ponía la mascara se miró al espejo y cuando vio que todo estaba en su lugar salió de su cuarto.

 La casa estaba totalmente oscura, todos ya se habían ido y ella salió confiada hacia el garaje donde saco su brillante porche rojo que combinaba con su atuendo. Salio del garaje mientras ponía la radio y daban todas músicas tétricas acorde de la temporada de terror. Thriller sonaba mientras la lúgubre vos relataba como los muertos salían de sus tumbas para bailar y la única manera de salvarse era bailar. La voz de ultratumba siempre le dio escalofríos a Caroline desde que era pequeña, es más el clip le había causado pesadillas y hasta levanto fiebre.

Conducía despreocupada sin fijarse mucho en el camino cuando un espectro cruzo su camino, ella volanteo para no atropellar a el rezagado pero fue imposible, levanto el cuerpo y escucho como el cuerpo se deslizaba sobre su techo, perdió el control del automóvil y freno de golpe, la bolsa de aire se abrió y ella quedo suspendida por la bolsa.

Toda desorientada se fijo en el parabrisa y el cuerpo estaba tendido en el suelo. ¡Maldita sea! Pensó pero, el bulto deforme y retorcido comenzó a tomar forma ella observo con horror como se movía y reacomodaba sus huesos.

Su cabeza había quedado dada vuelta 180 grados y el cadáver se la reacomodo, esto era como una pesadilla, como una película de horror, mientras Thriller seguía sonando. Ahora falta que el zombi comience a bailar y me muero de un infarto, se dijo así misma.

El cadáver se levanto como en el video y caminaba arrastrando su cuerpo mientras que la sangre goteaba de su putrefacta piel. Los ojos de la criatura se clavaron en el espejo retrovisor, tenia la mirada inyectada en sangre, y ella no se iba a quedar a ver como bailaba el zombi ajusto la palanca de cambio, enderezo el auto y metió cuarta a fondo mientras las ruedas del auto chillaban en el asfalto, el auto salto como una fiera hacia adelante y ella quedo hundida en el asiento.

Su corazón latía frenéticamente, sudaba de terror. ¿Era verdad lo que vio? No sabía pero no volvería atrás para averiguarlo. Llego con los nervios destrozados, se bajo del auto y entro a la fiesta, la música sonaba tetricamente era una balada de rock sombría que le ponía los pelos de punta a la pobre Caroline.

Su amiga Samanta la esperaba en la puerta, Caroline se arrojo a sus brazos y comenzó a llorar con su cuerpo temblando, Sam se asusto y abrazo a su amiga llevándola adentro. La sentó en un sillón y le trajo un baso de agua para calmarla mientras le frotaba cariñosamente una mano en la espalda.

La preocupación de Sam aumentaba cada vez mas, Caroline nunca lloraba, ella siempre estaba alegre y con su humor negro, pensó que quizás estaba herida pero no podía hacer muchas conjeturas hasta que su amiga no le contara el motivo de su estado. Cuando Caroline estuvo más tranquila.

-          dime Carol ¿Qué te sucedió?

-          Atropelle a una persona o lo que pensé que era una persona.


-          Amiga ¡eso es terrible! ¿no llamaste a una ambulancia o a la policía? ¿Cómo que lo que pensaste que era una persona, a que te refieres?

-          No llame a nadie, no tuve tiempo la cosa se levanto y reacomodo sus huesos, pude ver como colocaba su cabeza en su lugar como la chica del exorcista te lo juro amiga esa cosa se levanto y me miro, tenia los ojos rojos.


-          Amiga ¿otra vez con las películas de terror? Quizás te lo imaginaste ¿Qué estabas haciendo antes de venir aquí?

-          ¡no me lo imagine! Leía un libro.


-          ¿de que se trataba el libro?

-          Era de terror.


-          Ya vez, quizás te lo imaginaste.

-          No lo imagine el auto quedo con la abolladura.


-          ¿segura?

-          Si, ven a ver.


-          De acuerdo.

-          Y no me trates como loca.


Ambas salieron a ver el auto y allí estaba la abolladura de adelante provocada por el impacto del cuerpo. Samanta quedo con los ojos desorbitados y luego se recompuso.

-          quizás atropellaste a un animalejo.

-          No fue así era un especie de hombre ¡creedme Es la verdad!


-          Es que es imposible ¿quieres volver a ese lugar? Y verificamos.

-          Ni de broma yo con el muerto vivo no vuelvo, haber si le da por vengarse y nos come los sesos a todos, he visto demasiadas películas de terror como para saber que hacerse lo héroes no sirve de nada, siempre los estupidos que investigan terminan siendo acosados por el asesino, prefiero quedarme aquí, disfrutar de la fiesta y luego esconderme debajo de tu cama como una cobarde.


-          Amiga no pasara nada.

-          Se prudente déjalo así que el cadáver se coma a otra persona.


-          Si es lo que tú deseas, después que no te quede cargo de conciencia.

-          Nada de eso ese fiambre anda moviéndose por las calles que acose a otro.


-          Esta bien vamos.

Y las dos chicas se metieron de nuevo a la casa, al mismo tiempo el cadáver las observaba desde una rama cubierto por el resguardo de la oscuridad. Se rió sobriamente dejando ver los colmillos que poseía, prudente y divertida, muy graciosa.

La verdad era que era un vampiro un verdadero vampiro y se iba a comer a una chica cuando el auto de Caroline lo levanto por los aires, la sangre que derramaba era la de su victima.

Quedo aturdido mientras volvía a acomodar su cuerpo y entonces por el espejo retrovisor vio los brillantes ojos azules de Caroline una mirada penetrante bajo una mascara. Nunca vio unos ojos más bellos en sus 300 años y luego la chica echo a andar en una maniobra audaz con su brillante deportivo color rojo, el olor de la nafta se mezclo con el aroma más dulce que sintió en su vida. 

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